lunes, 24 de septiembre de 2007

El observador


Hay alguien más allá de nuestro instintos, sentimientos o pensamientos. Ese alguien es alguien sabio, que lo sabe todo acerca de nosotros, que se da cuenta de que manera las vísceras, el corazón o la cabeza nos “engañan” de vez en cuando. Ese sabio es el observador y no es otro que nosotros mismos, quizás en nuestra más pura versión. Él nunca miente, no lo necesita. Y si le preguntamos responde con total certeza, simplicidad y libre de cualquier condicionante o artificio. Siempre está ahí, unos centímetros por detrás de nuestra limitada forma de ver las cosas, registrando, observando, esperando el momento en que le reclamemos para mostrarnos, como si de una película se tratara, nuestra realidad, nuestro mecanismo, nuestra manera de funcionar.

He tenido la suerte de colocarme en esa butaca en una ocasión por dos horas y otras veces por un tiempo menor en las que iba y venía. He de decir que es un espectáculo maravilloso. Todo pasa delante de ti y ves claramente tus tendencias como si de una película se tratara. No estás apegado a lo que sucede.

Todo el mundo debería tener la posibilidad de cultivar esa mirada. Aquí donde vivimos, lo que nos enseñan a desarrollar es precisamente lo contrario. Nos llenan (me lleno) de estímulos que impiden u obstaculizan el contacto. Nos invitan a (prefiero) llenar el vacío, en vez de parar. Nos infunden (me escondo tras el) miedo y eso nos (me) impide actuar con libertad. Animo a que cada uno encuentre su forma de regar esa flor y comparto las mías: meditación, invocación budista, yoga, terapia.

Recomiendo también la lectura de tres libros de Erich Fromm: Miedo a la libertad, El arte de amar, Ser o tener. Aviso que no son fáciles lecturas, pues están un tanto más despojados de artificio que los tan en boga libros de “autoayuda”. Dejaría “Ser o tener” para el final pues es el más “denso” y empezaría con cualquiera de los otros dos, según el momento de cada uno.

Flor de loto:
Símbolo de iluminación y de la expansión del alma. Flor de mil pétalos. Nace en terrenos fangosos, por lo que se utiliza para ilustrar el hecho de que de lo más oscuro, nace lo más luminoso, así como que dentro de cada uno existe el estado de budeidad y que la iluminación se eleva por encima del apego y los deseos. El último sutra escrito por Shakyamuni (más conocido como Buda) fue el Sutra del Loto y es entendido por muchos como la enseñanza definitiva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sería un excelente momento este, para encontrar mi observador. No puedo. Es casi una confesión absurda en ciertos ámbitos, pero es algo claro en mi día cotidiano. Estoy buscando cual es el camino para encontrar quizá el momento de ver mis conductas. No puedo. De momento me sigo apoyando en lo que más fuerza me da para seguir: el profundo amor y la poesía que existe dentro de mi.
Muy lindo lo que has dicho.