En Madrid tengo la sensación de que la muerte está lejos, en el peor de los casos y dada mi creciente precaución y cuidado, así como la conciencia relativa de peligro cada vez que cojo un coche (limítrofe con la paranoia), la distancia se reduce a un par de metros en carretera. Pero lo habitual es que no ronde cerca.
No es raro que en el mismo punto de una carretera (por llamarlo de alguna manera porque no tienen arcen, el asfalto es todo menos liso) se crucen un camión, un autobús adelantándole, nuestro coche (en dirección opuesta), algún motorista y/o ciclista por la arena que hace de arcén... Y cuando digo que "no es raro" me refiero a que en un viaje de dos horas es una situación que puede darse unas cinco o seis veces, y en ninguna de ellas ninguno de los vehículos va precisamente despacio. Es ahí donde la distancia entre las dos caras (vida/muerte) se reduce a unos mínimos 20 centímetros (de los reales PJ, no de los tuyos), que es el espacio que separa a cada uno de los protagonistas mecánicos de esta historia. A lo largo de esas dos horas también es bastante probable atropellar algún perro (esto también me ha sucedido), cuando no a una persona, puesto que es realmente difícil que pases más de veinte segundos sin ver a otro individuo (por algo la India es el segundo país más poblado de la tierra).
Y uno podría decir, NO COJAS UN COCHE, pero uno también viene a la India para esto. Además de que hay sitios a los que no puedes llegar de otra forma. Así que lo único que queda en estas circunstancias es relajarte, respirar, rezar, meditar, invocar, disfrutar de las vistas... practicar yoga. Y, eso te hace sentirte muy vivo y muy agradecido de estarlo.
Besos a todos.
4 comentarios:
estáis muy guapos con esos cascos..
A ver si nos dejamos ya de tanto viajecito y venimos a madrid a currar algo ¿no?
Te falta la palabra fundamental mendrugo!!! CONFIAR
yo me creeré eso de la confianza cuando alguno de nosotros se quede dormido en uno de esos viajecitos... hasta entonces yo aprieto los pies contra el suelo del coche como si debajo de ellos estuvieran los frenos y miro hacia delante sólo de reojo, intentándome apartar un poco más de esos 20 cm, aunque sólo sea dentro del vehículo en cuestión.
Bubulina, camino de vuelta del safari, te creíste lo de la confianza.....nos dormimos los 2.JA!!!
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